Una limitadísima producción con unos niveles de calidad insuperables.
Al igual que el Liqvor de Brandy, del cual hay un número mucho menor de unidades al año, la distribución está perfectamente repartida por comunidades autónomas en proporción a sus habitantes, haciendo así, que un número mayor de público pueda disfrutar de él.
Siendo así, el cupo para Málaga y provincia es de tan solo 300 botellas.
El particular proceso de vinificación reduce el rendimiento de la uva a un 30% del total de la vendimia, puesto que a través del soleo (pasificación natural controlada al sol), la uva se pasifica, perdiéndose el 70% de la misma.
• Vista: A simple vista, una vez en copa, muestra un color ébano de alta intensidad (casi zaino) con reflejos yodados, muy brillantes. Al mover ligeramente la copa, la lágrima delata la intensidad y la gradación de este muy viejo PX.
• Nariz: En nariz, notas de café torrefacto y cobertura de chocolate negro muy típicos del envejecimiento, que le dan un toque elegante.
• Boca: En la boca es pura golosina: pasas, dátil, higo. Toda la fruta seca que rezuma está increíblemente bien ensamblada con la madera dejando en el largo final uno destellos amargosos exquisitos.
Es fresco, sedoso, apenas se nota el 15% de alcohol y la acidez sostiene el conjunto paliando cualquier exceso de dulzor y ofreciendo así un equilibrio espectacular.
Es complejo, redondísimo, y la crianza oxidativa del sistema de "criaderas y soleras" propia del Marco de Jerez le confiere una personalidad muy acentuada. No es empalagoso en absoluto.
La temperatura de consumo está indicada sobre los 14º. y recomiendo tomarlo a solas (sin comida), que por supuesto es como mejor sabe y se aprecia.
